martes, 5 de julio de 2016

En que te puede ayudar un entrenador personal o deportivo



la sicología deportiva y su uso en el entrenamiento con personas con problemas de obesidad o sobrepeso. 


Cuando una persona decide buscar a un entrenador deportivo para comenzar un programa de entrenamiento o acondicionamiento físico que le ayude a reducir de peso hay que tomar en consideración varios factores que son de mucha importancia y utilidad. 

El sobrepeso excesivo y la obesidad son dos condiciones muy similares y deben ser atendidas con mucha precaución. recordemos que una persona obesa o con sobrepeso tiene mayor probabilidad de contraer enfermedades cardiovasculares e hipertensión. es una población que se puede considerar diferente o especial desde un punto de vista deportivo. por lo general éstas personas además de los riesgos de salud a los que están expuestos, en su gran mayoría presentan problemas de autoestima e inseguridad. 

Desde el primer contacto en la primera entrevista previa al inicio de un programa el profesional debe convertirse en motivador, es muy importante que la persona sienta confianza, que se logre sentir cómoda al hablar de sus inquietudes y sus metas. 

El preparador físico debe brindarle al usuario todas las fases del entrenamiento por las que va a pasar a través de un plan escrito. 

las metas deben ser razonables y coherentes, es indispensable una evaluación médica previa que le permita al entrenador tener un margen de confianza para desarrollar su trabajo. 

Esa persona ha depositado su confianza y el entrenador debe fortalecer ese vínculo, debe ser capaz de comprender las dificultades propias de éstas personas y lo difícil que para ellos van a ser las primeras semanas de entrenamiento. si trabajan, saber que ya el sólo hecho de adaptarse a un horario o a un cambio de ropa representa para ellos un auténtico reto. 

Hay que ser pacientes y procurar en cada sesión que la persona vaya alcanzado mayor confianza y seguridad en si misma sin dejar olvidado que hay un compromiso asumido por voluntad propia. que hay un grado de responsabilidad que desde el primer momento se comparte entre dos personas. 

Hay que optimizar el tiempo y lograr realizar al menos cuatro sesiones por semana. 

En el primer mes la comunicación debe ser continua, diaria incluso cuando la persona no esté en el centro de entrenamiento. 

La experiencia de trabajo con éstas personas me han permitido desarrollar mi propio método sin saltar o desviar los principios metodológicos propios para esta condición. particularmente no acostumbro a utilizar básculas de peso ni instrumentos para medir pliegues cutáneos, ni diámetros de los muslos, ni de los brazos o el cuello. 

Yo recomiendo y prefiero que la persona vaya notando los cambios en la ropa que usa. que ésta de a poco vaya quedando mas holgada que pueda usar ropa que desde hace tiempo estaba guardada y que sus experiencias en el día a día, le vayan sirviendo de indicador. Como por ejemplo el simple hecho cotidiano

"se me cayó un bolígrafo y lo pude recoger del suelo " "me siento menos cansado al caminar" "me puse ésta blusa que desde hacia dos años había dejado de usar". 

Esos para mi son los mejores indicadores que el programa está funcionando y la persona va transitando el proceso por la mejor vía posible, ganando de nuevo independencia y recuperando el amor por las cosas que había dejado de hacer, que poco a poco vayan de nuevo apareciendo retos personales que habían sido olvidados y mejoras generales en la calidad de vida. 

Este post está dedicado a mi amiga María Eugenia Carrizo.

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