la sicología deportiva y su uso
en el entrenamiento con personas con problemas de obesidad o sobrepeso.
Cuando
una persona decide buscar a un entrenador deportivo para comenzar un programa
de entrenamiento o acondicionamiento físico que le ayude a reducir de peso hay
que tomar en consideración varios factores que son de mucha importancia y
utilidad.
El sobrepeso excesivo y la obesidad son dos condiciones muy similares
y deben ser atendidas con mucha precaución. recordemos que una persona obesa o
con sobrepeso tiene mayor probabilidad de contraer enfermedades
cardiovasculares e hipertensión. es una población que se puede considerar
diferente o especial desde un punto de vista deportivo. por lo general éstas
personas además de los riesgos de salud a los que están expuestos, en su gran mayoría
presentan problemas de autoestima e inseguridad.
Desde el primer contacto en la
primera entrevista previa al inicio de un programa el profesional debe
convertirse en motivador, es muy importante que la persona sienta confianza,
que se logre sentir cómoda al hablar de sus inquietudes y sus metas.
El
preparador físico debe brindarle al usuario todas las fases del entrenamiento
por las que va a pasar a través de un plan escrito.
las metas deben ser
razonables y coherentes, es indispensable una evaluación médica previa que le
permita al entrenador tener un margen de confianza para desarrollar su trabajo.
Esa persona ha depositado su confianza y el entrenador debe fortalecer ese
vínculo, debe ser capaz de comprender las dificultades propias de éstas
personas y lo difícil que para ellos van a ser las primeras semanas de
entrenamiento. si trabajan, saber que ya el sólo hecho de adaptarse a un
horario o a un cambio de ropa representa para ellos un auténtico reto.
Hay que
ser pacientes y procurar en cada sesión que la persona vaya alcanzado mayor
confianza y seguridad en si misma sin dejar olvidado que hay un compromiso
asumido por voluntad propia. que hay un grado de responsabilidad que desde el
primer momento se comparte entre dos personas.
Hay que optimizar el tiempo
y lograr realizar al menos cuatro sesiones por semana.
En el primer mes la
comunicación debe ser continua, diaria incluso cuando la persona no esté en el
centro de entrenamiento.
La experiencia de trabajo con éstas personas me han
permitido desarrollar mi propio método sin saltar o desviar los principios
metodológicos propios para esta condición. particularmente no acostumbro a
utilizar básculas de peso ni instrumentos para medir pliegues cutáneos, ni diámetros
de los muslos, ni de los brazos o el cuello.
Yo recomiendo y prefiero que la
persona vaya notando los cambios en la ropa que usa. que ésta de a poco vaya
quedando mas holgada que pueda usar ropa que desde hace tiempo estaba guardada
y que sus experiencias en el día a día, le vayan sirviendo de indicador. Como por ejemplo el simple hecho cotidiano
"se me cayó un bolígrafo y lo pude recoger del suelo " "me
siento menos cansado al caminar" "me puse ésta blusa que desde hacia
dos años había dejado de usar".
Esos para mi son los mejores indicadores
que el programa está funcionando y la persona va transitando el proceso por la
mejor vía posible, ganando de nuevo independencia y recuperando el amor por las
cosas que había dejado de hacer, que poco a poco vayan de nuevo apareciendo
retos personales que habían sido olvidados y mejoras generales en la calidad de
vida.
Este post está dedicado a mi amiga María Eugenia Carrizo.